Nichts Ist Persönlicher: La Ciudad Tipográfica

¿Cómo interactúa la tipografía con las personas?

A lo largo de su desarrollo las ciudades cambian y modifican. La intervención que la letra ha tenido en el progreso y configuración no ha sido revisada con énfasis, pues la atención se ha concentrado en los objetos que se han incorporado de forma gradual a la imagen de la ciudad, y conforman expresiones alternas que toman a la urbe como su espacio de expresión.

He ahí el caso de los carteles, las señales, los espectaculares, las marquesinas y todas las variantes de escrituras urbanas que se descubren a lo largo de las ciudades, que enriquecen su apariencia, fortalecen su voz y transforman su imagen.

La ciudad es un espacio donde hay conexiones subterráneas y parajes imaginarios

(Lauro Zavala, Ciudad como laberinto)

Todo a nuestro alrededor nos comunica algo o al menos intentamos buscarle un significado a cada acontecimiento y aunque por nuevo que pareza se prodría decir que es como un ritual personal el ir viendo imágenes, formas, colores, texturas y letras en lo cotidiano.

Desde el auge de las civilizaciones ha ido evolucionando al igual que la historia haciéndose presente en la construcción de mensajes lingüísticos, simbólicos, tipográficos, editoriales, plásticos e incluso urbanos alcanzando un valor icónico.

La tipografía es un elemento importante como las imágenes mismas, la comunicación mediante su uso requiere que el lector convierta símbolos en pensamientos, la adecuada posición de las letras facilita a la comprensión y el interlineado define el espacio entre líneas de texto y favorece la lectura.

El valor propio que una letra puede lograr el reconocimiento de una ciudad a través del impacto de un cartel, afiche, letrero o el graffiti que anuncia descontento o el nombre de un colectivo o crew; enmarcando territorios de poder o incluso la propia expresión artística y social que han encontrado en este recurso un potencial que genera experiencias que trastocan a la urbe.

Figura 1: Amor. Artista Con C de Caro. Quito

Fuente: https://www.facebook.com/concdecaro/?ref=page_internal

Las letras se unen, se cruzan, se alinean para dar sentido al mundo del que provienen. Todas comunican, pero hay algunas cuyas simples formas aportan significado, las letras solitarias que al unirse forman familias tipográficas, y si observamos a las personas éstas se conviernten en una letra más dentro del gran libro llamado ciudad.

Indudablemente su memorabilidad radica en el diseño de sus perfiles, ritmos, carácter, lenguaje, expresividad e intencionalidad, como de sus soportes y herramientas que cobran vida en las calle, y obliga a quienes trabajan con letras a cuidar su esencia. En tanto que un gran auditorio las percibe sin ser especialistas para disfrutar de su presencia en lo cotidiano.

El tejido urbano es complejo y en el confluyen la arquitectura e ingeniería civil como forjadores de las fisonomía de una ciudad, cobrando relevancia al momento de diseñar los espacios que permitan a las personas disfrutar y pertenecer a la sociedad.

Existen como expresiones silenciosas en los paisajes de las urbes, viejos rótulos de negocios, nombres de calles deteriorados, letras labradas decorando edificios que dialogan simbólicamente entre la urbe y sus habitantes siendo una envestidura que muchos no han notado.

En un mundo en el que la tecnología avanza a pasos grandes, se hace cada vez más notorio el aumento de pantallas electrónicas que ofrecen a los peatones mensajes impactantes de publicidad y la tipografía se convierte en un símbolo de expresión.

Las letras y la ciudad configuran el empleo en la intervención de la urbe como recurso para ilustrar, informar, decorar, ambientar, identificar o nombrar espacios y edificios.

Algunas de las formas simbólicas han sido utilizando diferentes técnicas como la rotulación, graffiti o caligraffiti generando nuevas pieles y texturas que permiten construir nuevos escenarios como parte de una nueva atmósfera visual.